Desde que decidí dejarme perilla allá por tercero de la ESO, me han hecho muchas preguntas. Algunas respuestas son curiosas, otras, simplemente la pregunta es curiosa.
Si había algo que no te atrevías a preguntar sobre el matojo de pelos que llevo pegado a la cara, quizá aquí encuentres la respuesta.
- ¿Por qué te empezaste a dejar perilla? (Varias personas)
Es una razón múltiple (o múltiples razones). La principal es que idolatraba a un profesor de ciencias sociales que tuve en primero de secundaria que evidentemente llevaba perilla. Siempre me decía que cuando tuviese más vello iba a dejármela, y ya véis que eso he hecho.
Pero hay otra; pensad en un animal con perilla. Claro, el macho cabrío. El macho cabrío es un animal que siempre me ha parecido atrevido, fuerte, elegante, viril y un gran icono antireligioso. No soy un violacabras.
- ¿Cuándo te vas a afeitar? (Sobre todo Kiko)
Esta pregunta está mal puesta aquí, pero es algo que la gente me pregunta cada cierto tiempo. Sobreentendiendo que se refiere a la perilla, siempre digo que nunca, y esa es mi intención. La última vez fue un "calentón", me la quité porque sí. Fue afeitármela una vez y volver a dejármela. Antes de esto me hicieron afeitarme a traición en el crucero para la cena con el capitán.
-¿Tú perilla es para dejar ver que eres heavy? (Juan Miguel)
No. Sin más rodeos; no soy heavy. Quizá lo fui a mi manera en otro tiempo (mucho antes de recibir esta pregunta). Para mí, las pandillas de heavys son iguales que los canis. Quizá algo más dialogantes, pero de esos conozco poco. Vestiduras típicas, peinados típicos, limitaciones musicales y falta de respeto a otros grupos sociales.
-¿Por qué te dejas perilla? (Muchas personas)
Ya es parte de mí. Si cortas mi perilla me saldrá otra en el acto, y de la seccionada nacerá otro Sergio. En verdad es porque me da la gana.
-¿No te das cuenta de que estarías más guapo sin perilla? (Toni y Nazaret, entre otras)
Sí. Me di cuenta cuando me lo dijeron por décima vez.
-¿Y entonces por qué no te la quitas? (Esta pregunta siempre iba después de la anterior)
Estéticamente hablando, a mí me gusta el perfil de los hombres con perilla prominente. Si me importase lo que me dicen ya me la habría quitado.
-¿Si te arranco un pelo de la perilla y me lo pongo me convierto en ti? (Diana)
Probablemente.
-¿Cuál es la máxima longitud que ha alcanzado? (Máximiliano)
Uhmm... ¿3, 4 centímetros? Nunca me ha importado mucho, así que no me la he medido (la perilla tampoco).
-¿Te peinas y retocas la perilla? (Mis padres)
Me la peino todos los días. Los retoques son de vez en cuando, tampoco quiero parecer un mendigo. Sí, me peino la perilla más que el pelo de la cabeza. Así de molón soy.
-¿Alguna vez has probado a engominarte la perilla? (Patricia, si no mal recuerdo)
Sí. El resultado no fue satisfactorio. Era como tener un pedrusco en la barbilla. Luego se me quedan las manos pegajosas cuando me manoseo la barbilla.
-¿Qué ventajas tiene tener perilla? (Algún que otro profesor)
Se piensa mejor. Tú también deberías dejártela. Seas mujer o no.
-¿La calvicie afecta a la perilla? (Juanma, mi hermano)
No lo sé. A veces por las mañanas veo pelos de la perilla en mi almohada. Siempre me da por pensar que son de los huevos y me asusto.
Ah, ¿que naciste sin perilla? No me lo creo, quiero pruebas.
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Ya iba a ser mucha casualidad que ese día me pillase afeitado...