Por querer ser matemático
puse mi colchón a la asíntota de tus tobillos,
para llegar al infinito y aún dormir contigo,
para poder tenerte cerca, tan cerca como quiera.

Por querer ser matemático
vivo perdido en el baile de tus tangentes,
buscando en la 'x' la caricia de la tarde del jueves,
siguiendo la 'y' hasta donde la vida nos deja.

Por querer ser matemático, que no es poco,
la dejo pasar entre los vaivenes de tus cosenos (¡y de tus senos!),
mientras trato de unir innumerables puntos en tus relieves
para guiarme con ellos al interior de tus sueños.

Y es que por querer ser matemático,
he viajado a los límites de tu cuerpo sin usar para ello el tacto;
desde la exponencial de tu sonrisa,
hasta el logaritmo de tus peinados.

Que por querer lo imposible de querer ser matemático
tengo el alma vacía de números que a duras penas
pueden hacerte nada:
un diez, un quince, un cuatro,
y un mil y un besos que te daría,
si no quisiera ser matemático.



2 Comments to “Por querer ser matemático, que no es poco.”

  1. Inés says:

    Ya estás otra vez conquistando a Payá...

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