Hoy ni soy yo ni llego a ser nada,
hoy soy como la sombra que arrojaban
nuestros besos los domingos por la mañana;
hoy soy olvido, una ilusión muerta,
hoy soy el ayer, hoy soy un fantasma.

Y para ti ser un fantasma es ser libre,
ser rey y soberano de una vida sin paredes,
y para mí ser un fantasma es ser preso
de una carcel de recuerdos y voluntades
que se estorban con los rezagados meses.

De ceñirte, y no ser brazos,
de rozarte, y no ser piel,
de besarte, de llevarte,
y no ser labios, no ser riel,
de quererte calentar, y no ser manta,
de quererte completar, y ser carencia...

Os juro una vez fui de luz,
 y hoy,  soy de ausencia.



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