Y nada más que por extraño es el título se leerá esto. Si la estrategia ha funcionado, me reafirmo: yo no quiero cumplir dieciocho.
Desde una perspectiva de conjunto se puede decir que este pensamiento entra en contradicción con mi edad actual, ya que por normal general, los diecisiete son una cuenta atrás hacia los dieciocho. ¿Por qué nadie quiere los diecisiete? Porque con diecisiete años no puedes hacer cosas de niños, pero tampoco puedes hacer cosas de adultos. Mi forma de verlo es bien distinta: es la edad en la que aún puedes hacer cosas de niños y no pasa nada si haces cosas de adultos. Cruzar esa delgada línea supone tener permiso para hacer todo eso que ya hacías y sufrir rechazo por hacer las cosas que durante tanto tiempo amaste. Y es que a mí no me hace feliz llevar un coche, beber alcohol o ver pornografía; a mí me hace feliz poner la alarma para no perderme Hora de Aventuras, jugar a los sims o perder horas jugando con una pelota de goma.
Quiero poder perder el tiempo sin sentirme culpable por ello, quiero jugar a la pelota sin que me obliguen a echar un partido, quiero emocionarme con El gigante de hierro, UP y El rey león sin tener que esconder mis lágrimas, quiero creer que el pressing catch es real y que si me hago el dormido mi madre no me levantará para ir al colegio...
Y es que además de un limitante psicológico, el número '18' pesa mucho.
Tener dieciocho significa poder valerte por ti mismo, y yo no podría estar tres semanas sin comer los macarrones de mi abuela o las tortitas de mi madre. No sabría qué hacer sin jugar a peleas con mi hermano o sin poder abrazar a mis perros.
Además, significa madurez, una palabra fría y estéril que parece ir en contra de otras como 'imaginación', 'fantasía' y que para mí son más importantes. Yo no soy maduro, y espero jamás serlo. Quiero que mis problemas sean que no me salga el cromo que quiero y no un malentendido con el banco, y aunque la edad es solo un número, este es uno de esos números que tiene mucha fuerza.
Cuando llegue el día trece de noviembre, yo no cumpliré dieciocho, yo cumpliré 17 + 1.
Yo no creo que madurez e imaginación sean antónimos necesariamente, ni mucho menos. No te apenes por cumplir 18 pues, como tú dices, no son más que 17+1
A mí me lo parecen; si te paras a pensar un poco en lo que se espera de un joven de 18 años resulta que es sensatez, calma, estar centrado... aunque tampoco voy a negarte que quizá es una visión un poco anticuada de lo que es un chaval de 18...