0. El detalle invisible: La resolución de la foto es de 4000x2000. Eso son más mega píxeles que los que hacen mi teléfono, mi cámara y la de mis padres juntos.
1. Sus tochacos: 60 alumnos, por 4 folios de media, unos 240 folios que leer, donde el profesor debería recoger los frutos de su esfuerzo, pero no. La información se repite en cada examen, por lo que el profesor lee 60 veces cosas que ya sabe (también otras que no sabe, pero eso bajará la nota del alumno porque posiblemente se lo haya inventado). Pero a diferencia de lo que se nos quiere hacer creer que sufre corrigiendo, él elige el número de días para evaluarlos. Ni que decir tiene que no tiene que memorizarlos.
2. Libros de Kant: Es eso que nos suele decir de libros que no nos leemos pero que quedan bien en los estantes del salón, aplicado a un escritorio.
3. Artilugios con que recordar a sus seres queridos: Los estudiantes no podemos tenerlos por dos razones. (1) Nos distraeríamos mientras estudiamos. (2) La víspera de un examen de filosofía no tenemos seres queridos, solo existimos nosotros, el examen y los apuntes.
4. Producto posiblemente lácteo / posiblemente con cafeína: Si eres profesor no puedes beber otra cosa. Está decretado así por ley. Sirve para no vomitar mientras se leen algunas de las barbaridades escritas por los alumnos.
5. Portátil: Esto combate la principal causa de muerte de un profesor de filosofía; el aburrimiento mientras se corrige. Se consigue enviándoles a los alumnos cualquier cosa que se parezca a algo que un filósofo dijo y obligándoles psicológicamente a echarle un vistazo.Superdivertido.
6. Luz natural: Nótese la ausencia de flexos y ambientadores. Los profesores están exentos de las famosas “Ojeras filosóficas”.
7. Papel higiénico: Se presta a confusión al lado del portátil, pero es obviamente para proteger la mesa del producto lácteo / producto con cafeína y/o secarse las lágrimas por el asunto de no ver su esfuerzo plasmado en los exámenes (ya comentado en el apartado 1) o por frases que ofenden todo aquello a lo que ha dedicado su vida (también comentado en el apartado 1).
8. Silla: A diferencia de la de los estudiantes, esta puede o no ser cómoda. En esta foto se aprecia perfectamente que está puesta a propósito. Un profesor de filosofía no corrige exámenes en un escritorio, lo hace en el sofá acostado y en calzoncillos.
Conclusiones:
1.  Eso de que hay que pensar también en el profesor es pura patraña.
2. Como dice María Mesa; extráela tú mismo!!

-Gracias a César por facilitarme la foto-



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